Ser autónomo y alquilar un piso es una auténtica odisea y más en ciudades como Madrid donde se junta 'el hambre con las ganas de comer'; esto es, alta demanda, los altos precios y la escasez de viviendas.
Si eres trabajador por cuenta propia esta dificultad se multiplica. Muchos caseros cierran las puertas por el simple hecho de ser autónomo y los que acceden suelen pedir un aval bancario o un depósito de varias mensualidades.